El cosmos es todo lo que es o lo que fue o lo que será alguna vez
Carl Sagan, Cosmos: A Personal Voyage
Así habló el maestro de la divulgación científica en el primer episodio de una serie ya mítica para muchos. Con quinientos millones de espectadores estimados en todo el mundo, Cosmos fue un éxito rotundo en lo más básico: acercar la ciencia a la gente. Contar la historia del ser humano, de la vida y de nuestro planeta, la historia de nuestro universo y la historia de nuestros esfuerzos por conocerlo.
Hay algo brutalmente hermoso, vocacional, en la divulgación científica. Porque hay que tener una pasta especial para decidir: "el conocimiento no debería estar solo en las universidades, en los libros y en los laboratorios. Alguien debería llevar este conocimiento allí dónde no llega, y dar a todo el mundo la oportunidad de saber y crecer". Carl Sagan, que desde luego tenía esta pasta, no solo fue un divulgador; fue un gran científico que acumuló éxitos y descubrimientos a lo largo de su carrera y teorizó con éxito en varias ocasiones acerca de las atmósferas de varios cuerpos de nuestro sistema solar, pero probablemente no sea eso por lo que le recuerde la generación que vio Cosmos (allá por los ochenta o en cualquiera de sus reposiciones), ni por su enconada investigación sobre la vida extraterrestre. Los que en su día escuchamos esa frase con que comienza esta entrada le recordaremos por dar una dimensión diferente y nueva al mundo que nos rodea.
Ahora bien, de aquel momento hacen más de treinta años. Carl Sagan y su equipo nos hablaban entonces del futuro de la exploración espacial, de las maravillas que nos descubriría la sonda Voyager y de ciertas teorías innovadoras que comenzaban a asomar la cabeza en el mundo de la física. Se diría que ha llegado el momento de, desde el respeto (y casi la veneración), no mejorar pero sí continuar el trabajo de hace tres décadas. ¿El elegido para pilotar la nave de la imaginación? Neil deGrasse Tyson: una elección inmejorable, no solo por sus logros como científico y divulgador, que muchos conoceréis, sino por algo que descubriremos al final del primer capítulo de esta nueva Cosmos. Neil es el más adecuado para continuar con el legado de Sagan, no hay ninguna duda.
izquierda: 1980. Derecha: 2014. |
Cosmos: A SpaceTime Odisey
Preguntar si la ciencia que estudia la historia de la vida y el universo ha avanzado desde aquel mil novecientos ochenta sería caer en el absurdo. Por supuesto que sí. ¿Ha avanzado la capacidad de divulgación? Esto es más peliagudo. Carl Sagan no está entre nosotros, y esto es para tenerlo en cuenta. Pero tenemos a Neil Degrasse Tyson, que también es un divulgador como la copa de un pino, y las tecnologías permiten que Cosmos, hoy, sea todo un espectáculo para la vista, además de para la imaginación. Así que podemos decir que, sea ahora mejor o peor momento para una serie como esta, vaya a ser mejor, peor o igual que su antecesora, Cosmos va a realizar un servicio, un servicio positivo y universal. Va a saciar unas curiosidades y despertar otras, a criar una nueva generación de entusiastas del conocimiento, la razón y la lógica.
Una nueva generación de escépticos.
A bordo de nuestra maravillosa nave partiremos de la pequeña blue marble... |
...visitaremos lugares tan recónditos como estos mares de metano gélido en Titán... |
...y hasta recorreremos una molécula de ADN. |
Puedo deciros que los dos primeros capítulos me han entusiasmado. La plasticidad, la inteligencia representativa, pero también el guión y la estructuración de la información, todo se entrelaza en un tapiz genial que consigue situar esa hora de documental en la categoría de "entretenimiento", sin que por ello disminuya el rigor. Los episodios están siendo emitidos simultáneamente en castellano, así que ya están disponibles en el idioma que prefiráis. Si os interesan en lo más mínimo los grandes interrogantes de la vida, el universo, y todo lo demás, no dejéis de ver esta gran serie.