La habitación estaba siempre vacía, cada una de las
veces que mirábamos hacia atrás. Nada más que aquel escritorio de roble y un taburete
devorado por la carcoma. Y en aquel espejo que ocupaba toda la pared frente a
nosotros, sin embargo, un muchacho martilleaba concienzudamente sobre el
teclado de su máquina de escribir.
―Una ilusión electrónica ―dije yo, incrédulo.
―Un remanente espiritual ―dijo ella, romántica.
―Una atracción que revalorizará la mansión ―dijo él,
pragmático.
¡Cuál fue nuestra sorpresa al intentar salir de la
habitación, al descubrir que no había nada
más allá del umbral de la puerta, tan solo un cegador vacío blanco tras las
pequeña cortina del tragaluz!
Naturalmente, rompimos el espejo.
Ojalá nunca lo hubiésemos hecho…
Breve, evocador y bello.
ResponderEliminarHum... ¿se nota que me ha gustado?
Gracias Sarlauka, me alegro de que te haya gustado. Casi nunca escribo en este formato tan breve.
EliminarMe ha gustado la construcción gramatical que has hecho —esa coma hiperbática al principio, los adjetivos en el diálogo... :D—, y las letras en cursiva del final me recuerdan a los relatos de Lovecraft xD.
ResponderEliminarBuen relatillo. (Escribo esto a las cuatro de la mañana, perdona posibles incongruencias :P)
Ninguna incongruencia que yo haya cazado compañero, jeje.
EliminarAhora que pienso en la coma hiperbática y la iteración de los adjetivos en los diálogos, creo que subconscientemente relacioné la brevedad del microrrelato con la lírica de un poema.
En cuanto a Howard Felipes... siempre estará en todo lo que escriba, aunque no siempre de forma tan descarada y evidente como en esas cursivas xD.
A mí es que el final de "El modelo de Pickman" nunca se me olvidará, con esa frase en cursiva para darle más fuerza. Creo que es la mejor manera de terminar un relato si tienes una buena frase para golpear al lector. ¿Soy yo, o has ido más allá y le diste brillo a las letras? xD.
EliminarMe pillaste xD
EliminarCorto, pero bueno, desde luego, y que deja ganas de más.
ResponderEliminarGracias Alex. Estos experimentos tan breves son divertidos de vez en cuando, pero para mi gusto eso es todo. Prefiero los relatos algo más largos y, cómo no, las novelas.
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