Crítica: Pandorum

Una buena película de ciencia ficción es aquella que plantea con verosimilitud un escenario inquietante, aquella que, con mucha imaginación, consigue hacerte recapacitar, maravillarte e inquietarte a partes iguales. Una mala película de ciencia ficción, por otro lado, es aquella en la que hay más acción que trama, en la que personajes acartonados lanzan golpes de kárate mientras la cámara se mueve a toda velocidad para que se vea lo menos posible del combate (siempre me imagino estas escenas con la cámara quieta, deben de ser realmente ridículas), en la que los recursos argumentales se diluyen hasta perder gran parte de su efecto. Pandorum es...
es...
...todo lo anterior.
Es buena hasta el escalofrío y mala a rabiar. Las dos cosas. Una versión reducida de unos cuarenta o cincuenta minutos habría dado como resultado una de esas cintas que rozan la genialidad (y, seamos justos, también habría enclaustrado al filme dentro del circuito indie, pero es que a veces Hollywood no te permite ser bueno y rico a la vez). Y esto es así porque el tiempo restante está repleto de acción "porque sí", de persecuciones de bichitos que a un servidor le dejan bastante indiferente, de diálogos vacíos en boca de personajes que más que planos son unidimensionales.

A los que hemos crecido con Lovecraft nos gustan los monstruitos.
A ese respecto, Pandorum cumple hasta aburrir.

El argumento es simple: joven despierta del estasis en nave espacial y no recuerda prácticamente nada, pero es evidente que algo va mal. Despierta a oficial superior, y ambos intentan descubrir qué ocurre mientras recuperan la memoria. No os digo qué ocurre porque hacer spoiler debería ser un delito tipificado, pero el caso es que ellos dos y alguien más son todo lo que esta trama necesitaba; el resto del reparto lo forman: personaje femenino nº1, quien fue evidentemente añadida al guión para figurar en el poster de cartelera. Personajes masculinos nºs... ¿cuántos eran? ¿qué hacen? ¿quién coño son? Figuran porque alguien tiene que repartir puñetazos y morir brutalmente descuartizado. Al menos alguien en una oficina o en su casa (no sé si es un imperativo de la producción o si el guionista se autocensuró, pero vaya lástima) habrá decidido que esto es imprescindible, y así se ha cargado una historia que podría haber sido brillante.

"Atrás, personajes secundarios, ni un paso más.
Creo que se me han caído las llaves..."

Me imagino la reunión con los directivos de la productora:

-Mi película es un thriller de tensión psicológica y ciencia ficción. 

-Ah, como Resident Evil, con tía jamona, disparos y kárate.

-Esto... no sabría decirle, de momento en el guión no hay nada de eso. Está ambientada en una nave espacial.

-Ah, algo así como Doom. Con bichitos muy feos y un tio cachas repartiendo mamporros y munición por los pasillos de una instalación futurista.

-No sé yo...

-Que sí, háganos caso que para eso somos los que ponen el dinero; ustedes los cineastas creen que lo saben todo sobre el cine. Lo que la gente quiere ver cuando ve ciencia ficción es algo que se parezca sutilmente a Alien. Y que le saquen las tripas a alguien. 

-En fin, a lo mejor puedo retocar un poquito el guión... [pasar de hojas]

-Sí, serán cuatro detallitos de nada, ya verá... [carcajada diabólico-ejecutiva]

Y, con todo...

Y, con todo, estamos ante una película entretenida. Si pasamos por alto estos defectos palomiteros, nos encontramos con un cuidado argumento principal, por mucho que este apenas abarque una pequeña fracción de la grabación. Un buen final (algo predecible pero no demasiado), y muchos ingredientes de la buena ciencia ficción.

"Sensaciones encontradas" es una expresión que no sirve ni para empezar a describir mi opinión sobre Pandorum... espero que me déis las vuestras en los comentarios.