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martes, 25 de septiembre de 2012

Páginas colgando de nubes: un par de sitios literarios

Cloud computing esto, cloud hosting lo otro... qué importante que se ha hecho de repente esto de la nube. Como si se hubiese inventado la rueda oiga... primero se entretejía la red de redes, después recorríamos la autopista de la información, no hace mucho que reinventamos la web y la bautizamos "2.0", y ahora nos dedicamos a subirlo todo a la gran nube de la virtualización.

Pues por mí como si mañana quieren hacer una bonita analogía con el castizo Cunnis de la Bernarda, que yo seguiré a lo mío. Pero bueno, es que el marketing es así, y los CEOs no quieren servidores virtuales ni host compartido, ellos prefieren cloud computing que suena mucho mejor aunque sea la misma mierda que los hosters llevan vendiendo desde siempre.

¿Y por qué os suelto esta pequeña chapa, deformación profesional incluída?

Pues porque, nube o no nube, voy a hablaros de la red. En concreto de un puñado de rincones de ella en los que paso mi tiempo.



No todo iba a ser blogger

Por supuesto que no. Que sí, que está muy bien, que se conoce a mucha gente, que se escribe una barbaridad, y que se pertenece a un selecto grupo de mini-periodistas amateur cuya opinión a veces es hasta tenida en cuenta (y todo). Blogear me ha dado muchas satisfacciones, y además he aprendido mucho de la experiencia. Pero hay otros lugares en los que se puede hablar de literatura, conocer a escritores y a lectores, desarrollar proyectos en común o compartir textos y aprender de las críticas.



Nunca he sido muy forero (mas bien nada), siempre fui de aquellos que leen pero no se registran.Y sin embargo, hace ya casi dos años que gravité hacia Ociozero, un portal de ocio en cuyos foros se hablaba sobre Calabazas en el trastero, una revista antológica que en realidad tiene poco de revista y mucho de antología. A raíz de aquello empecé a participar en las convocatorias y he tenido la suerte de publicar en un par de números de la antología, pero lo importante es que empecé también a participar en el foro de literatura del portal, conociendo a muchos escritores y lectores con los que compartir impresiones y, en definitiva, de los que aprender. 



También llegué, tal vez a raíz de este portal, a otro bastante interesante: Cultura-H. Este todavía da sus primeros pasos, surgido de la web H-Horror o Horror Hispano. Es un intento de aunar toda la cultura hispana en sus distintas formas: cine, cómic, videojuego, etcétera. Pero tal vez porque ahí hemos terminado un buen puñado de escritores, lo que más se mueve en sus foros son pequeños proyectos literarios. Uno de ellos cuenta con mi participación, así que si hay suerte espero poder hablaros de ello en el futuro.



Aunque participo en mucha menor medida, me he decidido hace poco a inscribirme en el foro de Hislibris, una muy buena web de literatura histórica. Está muy ligada a ediciones Evohé, y en ella se dirime el concurso de relatos históricos Hislibris, un certamen con un planteamiento bastante original en que los relatos concursantes se presentan en el más estricto anonimato para ser valorados por usuarios del foro.  

  

En definitiva...

...pues eso. Estos tres sitios comparten algo en común: en los tres he encontrado gente educada y dispuesta a compartir opiniones con apertura de mente, buen humor y mucho positivismo. Hay mucho que aprender en sus contenidos, y muy buenos ratos que pasar en sus foros. Así que os animo a daros un paseo por cualquiera de las tres webs.

Y, tal vez, alguno os animéis a participar en los proyectos, convocatorias y certámenes literarios que salen de ellas...

lunes, 17 de septiembre de 2012

Adiós a Grupo AJEC, o Sobre cómo las desgracias nunca vienen solas


Sentaos, sentaos; os contaré  una historia.

Eran tiempos distintos, acaso mejores. Se conmemoraba el décimo aniversario del ataque al World Trade Center. La grabación de datos de la sonda marciana Mars Express funcionaba de nuevo tras meses de angustia para los trabajadores de las agencias espaciales implicadas. Corría el otoño de 2011, el año internacional de la química, el año que ha sido declarado como aquel con la mayor cantidad de guerras en toda la historia.

En aquel momento un servidor se preparaba para terminar el último año de sus estudios (con el consiguiente bajón de productividad causado por la falta de tiempo para escribir), pero no iba a hacerlo sin contar con un manuscrito recién finiquitado y que había preparado para abordar el mundillo literario mientras atravesaba aquel relativo parón (que al final no fue tal parón, pero esa es otra historia). Siguiendo con la analogía del abordaje, el galeón en cuestión era la editorial Grupo Ajec, y el bajel corsario que lo embestiría era mi novela antológica de ciencia ficción: Ciencia y revolución (de la que ya os he hablado alguna vez).

Pero... un momento... 

 (º. º )

 ( º .º)

 (º . º)

Uno de los títulos de la colección Arrakis
de ciencia ficción, con una portada
sencillamente genial.
\(ºOº)/    «¡¿Y no enviaste el manuscrito a otras editoriales!?», puede que os preguntéis. Pues no, no lo hice. En aquel momento tenía muchas ganas de publicar con Ajec, y, en honor a la verdad, no había muchas otras editoriales cuya línea encajase tan bien con mi manuscrito, de modo que me la jugué a una carta. Decidí enviar mi obra a una única editorial por el momento, y a ninguna otra salvo en caso de ser rechazado (cosa que, adelanto, no ocurrió; probablemente ni siquiera pudiesen leerla, por lo que no recibí un sí, pero tampoco un no. Pobre consuelo...).

Mi novela fue recibida, y se me dijo que en un máximo de cinco meses recibiría una respuesta. Entonces ya me constaba que Ajec cumplía esto, y respondía a todas las propuestas que recibían dentro del plazo de cinco meses o menos. Por eso me extrañó mucho no recibir respuesta tras cinco meses, seis y hasta siete. Finalmente escribí al editor, pero tampoco recibí respuesta, y al poco tiempo descubrí la razón: una advertencia en el apartado de envío de originales de la web de grupo Ajec anunciaba que se había suspendido temporalmente la recepción de manuscritos, debido a que tenían más escritos en espera de los que podían leer y considerar.

Comprendí entonces que tendría que esperar indefinidamente y olvidé un poco el tema, hasta que un buen día de principios de agosto (y en esos diez meses desde que envié el manuscrito no hice ningún intento por presentar mi novela a otras editoriales), la noticia me cayó encima como un palet de ladrillos: Grupo Ajec cesaba su actividad editorial.

Vivimos tiempos muy duros, y la literatura de género es un mercado reducido. Grupo Ajec pudo salvarse del cierre el año pasado gracias al capital aportado por una campaña de suscripción; esta vez, ni siquiera eso fue suficiente.  


Aquí todos perdemos

El fondo editorial de AJEC abarcaba todo el espectro
del fantástico. Estos fueron los dos primeros libros
de la editorial que leí, de fantasía épica
y terror, respectivamente.
En este caso, como en tantos otros, gana la banca. Es demasiado evidente que los primeros perjudicados por el cese de la editorial son Raúl Gonzálvez, el editor, y sus trabajadores.

También lo son aquellos compañeros que tenían publicaciones apalabradas con la editorial, y  no ha podido ser.

Lo somos los escritores que nos dedicamos a la ciencia ficción, al terror, a la fantasía. Los que necesitamos un vehículo para llevar a las librerías un género muy mal tratado por el mercado editorial.

Y, tras la desaparición de esta editorial, perdemos los que queremos leer literatura castellana actual y de género. Pues, si ya el fantástico en castellano lo tiene crudo, creo que en el ámbito de la ciencia ficción (puede que aquí esté barriendo para casa), la cosa está todavía peor. 

No digo que sea imposible publicar ciencia ficción (eso sería una burrada), pero sí que ahora es todavía más complicado. Ojalá pronto cambie la situación, y aparezcan más títulos especulativos en las líneas de las editoriales de género, o, por qué no, nuevas editoriales que apuesten por esas historias que tanto nos apasionan a muchos sobre el tiempo y las estrellas, los androides y los entresijos más ocultos de la mente humana. 

Mientras tanto, me espera una larga búsqueda de editorial para Ciencia y revolución...


viernes, 14 de septiembre de 2012

Se acabó el verano


Pues sí, y también se terminó esto de no actualizar. Durante estos meses lo he dejado bastante de lado (del todo, en honor a la verdad), y sin embargo este blog es un ejercicio literario y una experiencia social que no puedo permitirme perder. Así que aquí estoy, ¡de nuevo a la carga!

En este tiempo ha habido de todo: chascos como la desaparición de la editorial Grupo AJEC, de la que hablaré en mi próxima entrada, y también buenas noticias. Y tampoco he estado de brazos cruzados, he acometido proyectos, con variopintos resultados (también tendré tiempo de hablaros de todo eso).

Tengo pendiente leer al menos unas cuantas entradas atrasadas de los compañeros blogeros (todas sería imposible) y ver qué habéis hecho en mi ausencia, y después volveré con artículos, reseñas, relatos... en fin, lo que era ya El rebaño del lobo.
 
Así que atentos, que vuelvo con energías...


Le echaré un vistazo a vuestras entradas...