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martes, 8 de marzo de 2011

Cigarrito


El tiempo que falta para que la novela llegue a mis manos se puede contar en semanas, y sin embargo es precisamente ahora, en la recta final, cuando más ardua se hace la espera. Ver y tocar ese libro, percibir el cambiante brillo de la luz sobre una portada que hasta ahora solo he visto en la pantalla del ordenador, pasar esas páginas con olor a libro nuevo y ver plasmadas en ellas esas palabras que tantas veces he leído, que me suenan familiares como una vieja cantinela, como un mantra repetido una y otra vez durante las largas e inacabables revisiones llevadas a cabo durante el último medio año.

Qué nervios...

Quizá tenga que hablar delante de otras personas sobre mi libro, y no tengo ni idea de qué diré. Quizá tenga que firmar el libro a algún amigo, y no sé qué escribiré. Qué complicado es todo, ¡si yo lo único que quería era escribir! Lo que me importa es que alguien me lea. ¿Qué opinarán? ¿Les parecerá ridículo? ¿Pretencioso? ¿Mediocre? ¿Suficiente? ¿O puede que a alguien le guste de verdad, a pesar de sus evidentes fallos?

Qué nervios, qué nervios...

Hay un contrato firmado, unas pruebas de imprenta revisadas, y la orden de impresión ya ha sido dada. Hay una web lista (Julia está sola) preparada para llenarse con las noticias que genere la novela (presentación, alguna que otra reseña, nada del otro mundo). Y sin embargo, ahora que solo resta esperar, que parece que no queda nada que hacer y que el correo electrónico apenas da la guerra que solía dar, es cuándo más activo me siento, quiero hacer y no sé el qué.

Qué nervios, qué nervios, qué nervios...

Por supuesto sigo con otros proyectos, y ahora (al margen del tiempo que me quitan los estudios) tengo una pizca más de tiempo para emplear en ellos. Pero aun así, hasta que no llegue el verano y pueda dedicar todo el tiempo que necesito a escribir, no puedo esperar que avancen mucho. Y en cualquier caso, probablemente una vez que salga el libro tendré que zambullirme de nuevo en aquella historia, tenerla presente para poder hablar de ella, y no andar distraído pensando en quimeras y proyectos para los que aún falta mucho trabajo que hacer...

Qué nervios, qué nervios, ¡Qué nervios!, ¡¡Qué nervios!!

Mal día para dejar de fumar...

4 comentarios:

  1. Tranquilo, hombre, tranquilo. El trabajo ya está hecho. Ahora, a recoger los frutos.

    Todo llega para el que sabe esperar. :)

    Un abrazo y feliz espera.

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  2. La gente que opine lo que le dé la gana. Lo importante es que sigas escribiendo. Respecto a qué dirás en entrevistas, presentaciones etc; te voy a pinchar un poco diciéndote un tópico: Sé tú mismo.

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  3. Mientras estes tu orgulloso de tu trabajo lo demás da igual. Sobre libros, música, arte, cada persona tiene su opinión y es dificil contentar a todos.

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  4. La verdad es que me quedé mucho más tranquilo en cuanto publiqué la entrada y encendí un cigarrillo. xD
    De cualquier modo tenéis razón, como de costumbre; ya falta poco, tan solo hay que seguir.
    Gracias a los tres por el apoyo. ;)

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